Gutiérrez Morlote, que participó hoy en las jornadas que, sobre reforma sanitaria, organiza la Facultad de Ciencias de la Información de Madrid, puntualizó que esta medida "no debe ser interpretada como una privatización, sino como un paso más en la consolidación y viabilidad del sistema".

En cuanto a los conciertos con las clínicas privadas, indicó que el ministerio segurá criterios profesionales, basados "en una facturación a coste real, que garantice un nivel de calidad suficiente".

En opinión del responsable ministerial, cualquier programa para mejorar la gestión sanitaria deberá incluir un cambio de cultura empresarial y acabar con el "curar cueste lo que cueste, que es un discurso obsoleto e insolidario aquí y en cualquier país civilizado".

La libertad de prescripción debe tener en cuenta un compromiso no sólo ante el paciente, "sino también ante una sociedd que ha puesto en manos del profesional sanitario recursos diagnósticos y terapéuticos de elevado coste que se han de utilizar con criterio", dijo.

Para implicar a los facultativos en la reforma, el ministerio pretende crear incentivos profesionales y económicos, a través de la carrera profesional y de un contrato cooperativo, que les hará participar en los costes marginales liberados por un ejercicio basado en la eficacia".

En el coloquio posterior, el presidente de la Organización Médica Colegal, José Fornés, criticó la utilización de los incentivos económicos por ahorro en la gestión sanitaria que quiere instaurar el ministerio.

"El colectivo", puntualizó, "pretende tener un sueldo digno y suficiente, que no precise de incentivos para mejorar el nivel retributivo, y mucho menos a través de contratos cooperativos".

GESTORES

En el coloquio, el presidente de Asisa, Francisco Carreño, se mostró partidario de aumentar la colaboración del sector privado con el Sistema Nacional de Salud y"hacer posible que los españoles puedan elegir el sistema que prefieren, como ya lo hacen los casi tres millones de funcionarios a través de Muface y otras mutuas".

Carreño criticó la politización que vive la sanidad pública y pidió un consenso de todas las fuerzas sociales del país para llevar a cabo de una vez una reforma sanitaria seria.

Por su parte, Carlos Amaya, secretario general interautonómico de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, exigió al director general de Recursos Humans la elaboración de presupuestos reales y una incentivación profesional del colectivo médico, "a través de una participación en la gestión de la sanidad".