SANFERMINES. LOS TOROS DE SANTIAGO DOMECQ CREARON MUCHO PELIGRO EN EL QUINTO ENCIERRO

- Trasladados a centros hospitalarios cinco heridos, sólo uno por asta de toro

PAMPLONA
SERVIMEDIA

El quinto encierro de los Sanfermines 2001, corrido en cuatro minutos por los toros de la ganadería gaditana de Santiago Domecq Bohórquez, debutante en Pamplona, resultó bastante peligroso, al quedarse rezagados dos toros que crearon moments de tensión en los últimos metros de la carrera.

Uno de los astados se llegó a volver en el túnel del callejón y puso en apuros a un mozo que quedó atrapado entre los cuernos y la pared, aunque sin más consecuencias.

Aunque fueron cinco los corredores que precisaron atención médica en centros hospitalarios, sólo uno de ellos, David Gutiérrez Cruz, de 20 años y vecino de Madrid, presentaba una herida superficial por asta de toro en el abdomen. Los demás sufrieron traumatismos y contusiones.

a manada partió agrupada y arropada por los cabestros en una veloz carrera por el centro de la calle que permitió a los mozos arrimarse a las astas, abriéndose en abanico para dejar paso a la torada, que continuó compacta por la plaza del Ayuntamiento hasta la entrada de Mercaderes, donde resbalaron varios toros y dos de ellos quedaron ya definitivamente rezagados.

En la curva de Estafeta se repitieron los resbalones de las reses, que, como es habitual, chocaron también contra el vallado. Por esta cale la carrera discurrió en tres grupos, el primero con los cabestros y cuatro toros, que siguieron su camino limpiamente, y los otros dos por detrás y por separado.

Fueron estos dos toros los que crearon los momentos de mayor peligro, al derrotar en varias ocasiones contra los mozos, parándose a menudo e incluso intentado volverse, mientras los pastores trataban de llevárselos e impedían a los corredores acercarse a las reses, al igual que hicieron cuando el último de ellos se cayó al final de la calleEstafeta y tuvo problemas para levantarse.

Unos metros antes del callejón el quinto toro pisoteó a uno de los mozos y se registraron también en este tramo varias caídas. Mientras sus hermanos habían entrado ya en chiqueros, los dos rezagados continuaban al trote y muy distraídos por el callejón, haciendo trabajar a los dobladores, que, a punta de capote, los introdujeron finalmente en los corrales.

(SERVIMEDIA)
11 Jul 2001
CAA