SANFERMINES. UN PELIGROSO ENCIERRO SE SALDO CON SEIS HERIDOS, NINGUNO DE ELLOS POR ASTA DE TORO
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El séptimo y penúltimo encierro de los Sanfermines 2001 fue corrido en tres minutos y medio por los toros de la ganadería salmantina de Gutiérrez Lorenzo, que completaron el recorrido disgregados, con el consiguiente peligro para los mozos.
A pesar de la peligrosidad de la carrera, ninguno de los corredores fue corneado, anque seis de ellos tuvieron que ser trasladados a centros hospitalarios. Los más graves son Héctor Bahamontes Azúa, vecino de Barañain (Navarra), y Johan Sorensen, de Noruega, ambos con traumatismo craneoencefálico. Los dos se encuentran graves.
La manada partió con algunos segundos de retraso, ya que a la tardanza en el lanzamiento del cohete se sumó la resistencia de los astados a abandonar los corralillos de Santo Domingo, lo que finalmente hicieron agrupados y encabezados por los cabestros.
E toro que cerraba el grupo lanzó diversos derrotes hacia los corredores que se encontraban en la parte izquierda de la calle, justo después de producirse el encuentro de animales y mozos.
En este tramo los astados fueron cogiendo paulatinamente más velocidad, de forma que en la plaza del Ayuntamiento entraron estirados y encabezados por dos toros que se habían adelantado a sus hermanos.
Mientras se repetían los derrotes hacia los mozos, algunos de los cuales quedaron tendidos en el suelo mientraslos animales les pasaban por encima, la manada llegó a Mercaderes, donde varios "gutiérrez" se resbalaron y cayeron sobre el pavimento, con dificultad para levantarse.
La curva de Estafeta volvió a registrar el choque de los toros contra el vallado, y nada más sobrepasar este lugar se produjo un momento peligroso al volverse uno de los toros hacia un montón de mozos, que finalmente pudieron librarse de las astas gracias a un cabestro que apartó al morlaco de los corredores y le hizo seguir su camino. Los numerosos participantes protagonizaron bonitas carreras en este tramo, donde encabezaba el encierro un toro y otros dos cerraban sueltos el grupo, que prosiguió sin más incidentes que caídas por Telefónica y se encontró con un montón de jóvenes a la entrada del callejón, sin que ninguno de ellos resultara corneado.
Los primeros cuatro toros entraron separados, aunque casi seguidos, a los chiqueros, tras ser conducidos por los dobladores, mientras que los dos restantes se despistaron al llegarla arena y terminaron topando entre ellos en un conato de pelea que no llegó a más por la labor de los capotes, que los dirigieron hasta los corrales de la Plaza.
(SERVIMEDIA)
13 Jul 2001
CAA