Así lo indicó en su comparecencia en el Congreso de los Diputados, solicitada por varios grupos parlamentarios, por el ‘caso Pegasus’, donde insistió en su apuesta “personal, absoluta y rotunda por “reanudar” el dialogo con las instituciones catalanes para “consolidar” el “reencuentro” y “contribuir” a la concordia y convivencia.

Asimismo, apuntó que el “conflicto” catalán no está “superado”, “nada más lejos de la realidad”, ya que queda “mucha tarea por delante”, pero celebró haberlo devuelto al “territorio de la política”. Por ello, puso en valor que gracias al “diálogo” hoy la “mayoría social catalana cree en la vía del encuentro, la negociación y el acuerdo”.

Sánchez aseguró que va centrar todas sus energías y toda su “determinación política” en esta vía porque “no hay tarea más noble” para el servicio público y la actividad política que trabajar “en favor de la convivencia”. Es decir, insistió en que el diálogo es la “única vía” para la superación del “conflicto político en Cataluña”.

Asimismo, lamentó que el espionaje con el programa Pegasus haya “minado” la confianza política institucional entre gobiernos y “frenado” el impulso al diálogo entre las distintas partes, algo de lo que avisó el Ejecutivo de la Generalitat de Cataluña en cuanto se conoció este caso de espionaje.

MESA DE DIÁLOGO

Durante su primera intervención, puso en valor que la estrategia de su Gobierno para superar “el conflicto político” ha sido la mesa de dialogo porque el “reencuentro” de todos los catalanes a través de las instituciones que les representan “es fundamental”. Al respecto, apuntó que centrará sus energías en que se cierre “de una vez” el “enfrentamiento” entre catalanes y se redujo la ·distancia efectiva· entre una parte de la sociedad catalana y el resto de España.

La mesa de diálogo, según Sánchez, ha sido siempre la respuesta del Gobierno para alcanzar el “acuerdo” y el “entendimiento”. “Todos los caminos que hemos emprendido hacia la superación de esta crisis han estado dentro de la ley, de la Constitución”, dijo, y aseguró que no va a “desandar ese camino”, sino que va “perseverar en él”.

“En Cataluña la voz debe pasar de los tribunales al diálogo, los acuerdos y las soluciones compartidas, es decir, menos judicialización y más política”, agregó, aunque resaltó que el camino de estas soluciones “no será rápido” y va a exigir mucho “esfuerzo, determinación y tiempo”, pero “nunca será una excusa para renunciar a emprenderlo”.

Para acabar, señaló que si el nacionalismo catalán y el vasco contribuyen a la gobernabilidad de España cuando gobierna la derecha, los nacionalistas “se convierten en partidos de Estado. España está a salvo, no peligra”. Sin embargo, si ese mismo nacionalismo apoya a un Gobierno progresista, “mal vamos, la izquierda española es acusada de vendepatrias”.