Así lo indicó Sánchez en declaraciones ante los medios tras realizar una comparecencia conjunta en Roma con el primer ministro de Italia, Mario Draghi; el de Portugal, António Costa, y el de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, donde manifestó que el Ejecutivo lleva desde el año pasado “en un diálogo constante”, en concreto,” casi diario”, con las principales asociaciones del sector del transporte.

Por ello, Sánchez aclaró que el diálogo está “abierto” y celebró que “gracias al mismo” se lograron acuerdos, como en el pasado diciembre cuando se planteaba un parón y no se llevó a cabo “como consecuencia de ese acuerdo tan importante que hoy está beneficiando también en este contexto tan difícil para los transportistas a este sector”.

Asimismo, mostró su “absoluta empatía” y su “absoluta disposición” a continuar el diálogo. Ahora bien, avisó de que el Gobierno también tiene una “exigencia” y esta es “garantizar el orden público”, incluso ante “determinadas conductas”, que “afortunadamente”, son “minoritarias”, pero están actuando de manera “vandálica cuando no violenta”.

Ante esta situación, hizo un llamamiento “a la calma” de esta “minoría” para que pueda expresar “libremente” sus “reclamaciones”, pero sin caer en una “dinámica de violencia” que “lógicamente contraviene la convivencia en un momento tan difícil que está viviendo España y el resto de Europa ante las consecuencias de la guerra”.

Lo importante, continuó, es que el Ejecutivo español está en garantizar que productores, distribuidores, transportistas y consumidores tengan “todas las garantías” para que el día a día de los ciudadanos se pueda realizar “de la mejor manera posible y de la manera más normalizada posible”.

PLAN DE RESPUESTA

Durante sus declaraciones, Sánchez también realizó un llamamiento al diálogo, a la negociación y al “eventual acuerdo” para llegar al plan nacional de respuesta a las consecuencias de la guerra en Ucrania con las “mejores medidas” para proteger también al sector del transporte.

En este sentido, explicó que el Gobierno va a presentar un plan que tiene “tres ejes”: “amortiguar las consecuencias de esta crisis en el plano nacional; proteger a los sectores más vulnerables, y repartir la carga de las consecuencias de la guerra desde el punto de vista económico entre los ciudadanos de una manera mucho más equitativa”.

Todas las propuestas en relación con este plan, prosiguió, están “encima de la mesa”, por ello tildó de “decisivo” que se pueda hablar con los agentes sociales, con los sindicatos, con los empresarios, con las administraciones públicas y los grupos parlamentarios, y así conseguir que cuando se convalide este plan en el Congreso “cuente con el apoyo unánime de la Cámara”.

“Esto también demostrará ante Putin y ante nosotros mismos que en momentos tan críticos como el que está viviendo Europa y España somos capaces de llegar a acuerdos transcendiendo incluso con nuestras propias discrepancias partidistas”, concluyó.