Sánchez fijo así el rumbo que considera debe tener el PSOE, durante su discurso de clausura del 41º Congreso Federal que el partido ha celebrado este fin de semana en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla, donde ha sido reelegido líder de los socialistas con un 90,2% de los votos, casi cinco puntos menos que en el anterior cónclave de 2021.

En su intervención, recordó que lleva más de diez años al frente del PSOE, con la interrupción de unos meses cuando fue expulsado de la Secretaría General por sus propios compañeros en 2016, y que ha pasado “siete años” al frente del Gobierno de España con “grandes desafíos” como la pandemia de covid, la erupción del volcán de La Palma y la reciente DANA en Valencia.

Sánchez explicó que, por eso, se ha planteado en los últimos meses si le “tocaba dar un paso al lado o hacia atrás”, como cuando en el mes de abril se tomó cinco días de reflexión al conocer la imputación de su mujer en la causa judicial abierta por el juez Juan Carlos Peinado. ”He hablado mucho con mi familia a este respecto porque ellos también son víctimas del odio de los odiadores profesionales”, sentenció.

“La conclusión de toda esa reflexión es la razón por la cual estoy hoy aquí en pie hablando desde esta tribuna. Porque la decisión es que si algo toca y nos toca a todos y todas, en el ámbito de las responsabilidad que tengamos cada uno, es dar un paso al frente, no un paso al lado ni un paso atrás”.

Sánchez manifestó que es “un inmenso honor” ser de nuevo el secretario general del PSOE e hizo un llamamiento a la nueva dirección federal y al conjunto de la militancia para “dar un paso al frente en este momento histórico” ante lo que considera una “década decisiva” que viene por delante.