De esta manera respondió en la rueda de prensa de balance del año cuando se le preguntó por las últimas palabras del presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, en las que reclamó una “financiación singular” y el referéndum sobre la independencia.

Sánchez sostuvo que toca “abrir una nueva fase de diálogo, de normalización de la situación política en Cataluña” y eso pasa por las medidas que ya están adoptándose desde el Poder Legislativo con la ley de amnistía.

También toca, ahondó, “encontrar un punto de encuentro entre aquellas propuestas maximalistas del independentismo” consistentes en "un referéndum de autodeterminación que, lógicamente, no comparte ni acepta el Gobierno de España ni las fuerzas políticas que sustentan a este Gobierno de coalición".

En segundo lugar, el jefe del Ejecutivo defendió que “evidentemente” toca “reformar y actualizar” el sistema de financiación autonómica porque han pasado ya bastantes años, más de una década, desde que se estableció el modelo vigente, y para ello “hablaremos con Cataluña y hablaremos con todas y cada una de las comunidades autónomas de nuestro país”.

En su discurso inicial, el presidente expuso que el suyo es un Gobierno de progreso, “comprometido con el diálogo, tal y como requiere la pluralidad política y la diversidad territorial de nuestro país” y que “seguirá haciendo del acuerdo su razón de ser”.

“Haremos lo que hemos hecho durante estos últimos cinco años”, que pasa por “dialogar con todo el mundo, negociar hasta la extenuación, y acordar con todos aquellos que quieran acordar”, remarcó el jefe del Ejecutivo.