Sánchez comenzó su intervención en la VII Conferencia de Embajadores con una mención a la situación en Brasil y que recuerda, dijo, que “la mayor amenaza que pesa sobre la democracia, la paz y la prosperidad en el mundo, de norte a sur y también de este a oeste, es el resurgir de movimientos ultras dispuestos a arrollar, con todo”.

En este sentido, dijo que los métodos empleados por estos movimientos “los conocemos” y “se repiten, milimétricamente en todos y cada uno de los países que sufren estos movimientos”.

En primer lugar, afirmó, con un “uso sistemático de la mentira para captar seguidores; en segundo lugar, añadió, “con un recurso al insulto, a la violencia verbal para envenenar la convivencia de la sociedad para exaltar a sus seguidores”; y finalmente, concluyó, con “un ataque a las instituciones democráticas y a la legalidad democrática”.

Por ello, señaló que esto ha ocurrido en Estados Unidos –en alusión al asalto al Capitolio de hace justos dos años- y también en Brasil, aunque “lo presenciamos a diario en distintas latitudes”

“Nuestra acción exterior se debe sostener en valores y esos valores son los mismos que recoge la Constitución Española que son la democracia y la igualdad de género, los derechos humanos y el respeto a las instituciones nacionales e internacionales”, espetó Sánchez al cuerpo diplomático que tenía delante en Madrid y que son los embajadores de España en el exterior.

El jefe del Ejecutivo señaló que “estos valores y esa acción, que se sitúan en las “antípodas” de este fenómeno que calificó de “repulsivo”, son el “mejor antídoto frente a la primera amenaza de nuestro tiempo”.

Durante su larga intervención, el jefe del Ejecutivo repasó la acción exterior de la política española y, en varios momentos, animó a fortalecer los valores democráticos y la apuesta por el multilateralismo.