El paciente, R.A.S., fue sometido en 2005 a una intervención quirúrgica consistente en hemilamectomía en el Hospital Central de Asturias con el fin de eliminar una hernia discal pero en la cirugía no fue eliminado completamente uno de los fragmentos discales.

Según las mismas fuentes, al paciente no se le informó sobre los riesgos de la operación ni se recabó el oportuno consentimiento informado.

De este modo, se programó una segunda intervención en el mismo centro hospitalario con el fin de ampliar la laminectonía y eliminar los fragmentos. Una operación que tampoco se realizó con un consentimiento informado y "en la que se volvieron a dejar restos".

Finalmente, el paciente acudió a la medicina privada, donde fue sometido de nuevo a una intervención, en la que se eliminó el fragmento y en el transcurso de la operación se observó que había una gasa dentro, de las cirugías anteriores.

Puesto que por la posición del paciente no se le pudo extraer, finalmente tuvo que ser sometido a una cuarta intervención para extraer la gasa, al día siguiente.

En la actualidad, el afectado presenta graves daños y secuelas derivadas de esas cuatro intervenciones, como graves limitaciones posturales y dificultades para realizar tareas comunes de la vida diaria. Todo ello "unido a la afectación psicológica que le ha supuesto la situación vivida desde que empezó su devenir por los quirófanos".