Así lo comunicó hoy el secretario de Acción Sindical de CCO, Fernando Puig-Samper, quien precisó que en el primer semestre de 2000 se han firmado o revisado 2.378 convenios colectivos, que afectan a 6,8 millones trabajadores.

De estos convenios, el 70% han optado por incluir una claúsula de revisión salarial para garantizarse la desviación de los precios, mientras que el 30% restante (unos 1,7 millones de trabajadores) han pactado directamente la subida salarial, sin cláusulas.

Según los cálculos de CCOO, en los convenios con cláusula de revisión, l media de incremento salarial pactado ha sido del 2,6%, mientras que en los que no lo tienen, la subida medida se ha colocado en el 3,2%.

A juicio de Puig-Samper, esto demuestra que la cláusula de revisión debe ser la "base" sobre la que pivote toda la negociación salarial, para garantizarse una subida acorde con la marcha de la inflación. De lo contrario, según advirtió, los convenios se convierten en "inflacionistas".

El dirigente de CCOO reconoció, no obstante, que el asunto de los salario no está siendo el problema principal en la negociación de los convenios, sino que los conflictos se han referido a la calidad en el empleo. De hecho, el 81% de los convenios incluyen claúsulas referidas al empleo y los tipos de contratación.

Además, denunció que se ha detectado en los primeros seis meses de este año una "crisis" en los convenios colectivos, que están siendo sustituidos cada vez más por la negociación individual trabajador-patrono, que suele terminar en la firma de contratos mercantles y no laborales, según dijo.

UNIDAD CCOO-UGT

Puig-Samper destacó que, entre enero y junio, se ha detectado un incremento de la conflictividad entre trabajadores y empresas que, aunque ha sido muy escasa, ha roto la tendencia a la baja en la conflictividad que se mantenía desde 1991.

Subrayó también las coincidencias en la acción social entre los dos sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, como lo demuestra que de los 2.480 convenios, sólo en 99 ocasiones, no se logró la unidad de ambas centales, lo que supone el 4% de los firmados.

Finalmente, el dirigente de CCOO se refirió al recorte en la duración de la jornada laboral y apuntó que en los primeros seis meses ésta ha quedado fijada en las 1.751 horas anuales, con una disminución de casi 5 horas respecto a junio del año pasado.

En este sentido, el 29,7% de los convenios incluyen rebajas de jornada aunque, según denunció CCOO, casi nunca va ligada a la creación de empleo. Además, según Puig-Samper, al ritmo actual de reducción e jornada, llegar a las 35 horas semanales nos llevaría 20 años, por lo que es necesario tomar otras medidas.