Este abaratamiento de la mano de obra y la mayor flexibilidad que permiten los trabajadores extranjeros es una de las causas de que en España hayan entrado unos cuatro millones de inmigrantes en siete años, pasando de tener una presencia marginal de este tipo de trabajadores (1,6% a principios de 1998) a superar el 9% en la actualidad.

La principal razón de tamaño crecimiento de la inmigración ha sido la sostenida generación de empleo de la economía española, que ha pasado de 12,8 millones de ocupados en 1996 a 18,8 millones en 2005.

En segundo lugar, otro factor ha sido la mejora de los niveles de formación de los jóvenes, que ha hecho que éstos rechacen muchos empleos sin cualificación que tienen que ser ocupados por extranjeros.

En tercer lugar, Martín señala como incentivo para atraer inmigrantes los mencionados menores costes salariales y la mayor flexibilidad laboral que permiten.