El protocolo nació para controlar la producción y la utilización de sustancias que destruyen el ozono. En la actualidad, la previsión es que los niveles de ozono en la Antártida comenzarán a recuperarse a partir de 2010, gracias a la disminución estimada de halógenos en la estratosfera.

Sin embargo, los expertos internacionales no esperan alcanzar los valores anteriores a 1980 antes de mediados de este siglo.

"Las previsiones no son halagüeñas, dado que en los últimos cuarenta años se ha registrado un enfriamiento importante en la baja estratosfera ártica", advierten.

En el último invierno, las temperaturas registradas en la capa de ozono fueron las más frías de los últimos cincuenta años, observándose valores muy bajos por un periodo prolongado de tres meses. En latitudes medias, en ambos hemisferios, se sigue observando destrucción de la capa de ozono.

Las disminuciones experimentadas por el ozono en la columna atmosférica han supuesto un incremento en las dosis de radiación ultravioleta (UV) biológicamente activa (UVB). La radiación UV se ha incrementado desde los ochenta entre un 6% y un 14% en latitudes medias y altas en ambos hemisferios.

En España en los últimos años se han detectado "mini- agujeros" de ozono sobre la península. Los dos últimos detectados y analizados tuvieron lugar los días 20 y 21 de noviembre de 2004 y el 18 y 19 de diciembre de 2004, respectivamente, alcanzándose en ambos casos valores inferiores a 220 Unidades Dobson (UD) frente a las 300 UD normales para esa época del año.