En una entrevista publicada hoy en el diario "El Mundo", el diputado del PSOE por La Rioja señala que las distintas representaciones institucionales "se han apoderado" del partio y las bases "tienen muy pocas oportunidades de opinar y de participar en la vida política con alguna posibilidad de condicionar el comportamiento de los poderes públicos".

Para Sáenz Cosculluela, hay una relación entre los problemas internos del PSOE y los problemas de gobernación, ya que el Ejecutivo cada vez tiene "menos conexión, menos relación con el partido al que representa", y no cuenta con el grupo parlamentario "para grandes decisiones políticas que afectan al Estado, a los compromisos elecorales y al núcleo de la representación parlamentaria".

Tras reiterar que "todos los discrepantes han salido de la dirección del grupo" tras la llegada de Carlos Solchaga, considera que es necesario que exista un mecanismo para que el grupo parlamentario "opere con todo su vigor en la labor de control político del Gobierno", porque los gobiernos "tienen que estar controlados, además de por la oposición, por quienes responden de un programa electoral ante los ciudadanos".

Sin embargo, se muestra cntrario a la indisciplina parlamentaria y dice que "me escandalizaría" si se llega a romper la disciplina del grupo. "Nadie debe votar en contra de los acuerdos mayoritarios, pero eso no quiere decir que el grupo tenga que hacer lo que diga una persona, porque deben debatirse las posiciones y votarse (...) La disciplina no puede ser una disciplina de cuartel, sino derivada del debate responsable".

En lo que respecta al debate interno socialista, comenta que éste no se puede basar "en el puro seguimieno personal sin esbozar un contenido de ideas".

"Dicen: 'hay que seguir a Felipe González en el cambio sobre el cambio' (...) Si el cambio sobre el cambio consiste en hacer lo que una persona diga y, además, sin saber todavía lo que va a decir, por ahí no vamos a ninguna parte".

Sáenz Cosculluela afirma por ello que "es pronto" todavía para hablar de la configuración de dos proyectos distintos dentro del partido y rechaza la existencia de un "riesgo de escisión", aunque "lo que sí veo es un riesgode desmoralización de todas aquellas personas que creen que la vida política es algo más que lucha por el poder".