Rumí dijo que España tiene un buen sistema de vigilancia de costas y atención a los inmigrantes, "pero en la travesía, ocurren circunstancias que son difíciles de controlar, como el oleaje", que provocan desenlaces como éste.

"Esta es la cara más trágica de la inmigración clandestina y de la explotación y tráfico de personas", añadió la secretaria de Estado.

A su juicio, si para algo deben servir las últimas muertes ocurridas en aguas del Estrecho es "para que se vean las imágenes en los países de origen de las víctimas, para que allí vean que no es fácil entrar en España, que no se puede venir de manera ilegal".

En cuanto al fallecimiento de un elevado número de menores, consideró lógico que los padres y madres que vienen a España "quieran traer también a sus hijos para darles una vida mejor", y también ellos sufren las consecuencias de una tragedia como ésta.

Rumí hizo estas declaraciones tras asistir a la presentación del libro "Comprender la inmigración", del economista Guillermo de la Dehesa.

En el mismo acto, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, afirmó que lo ocurrido en Almería muestra "unas imágenes dramáticas que nos llenan de consternación y que hacen muy difícil que se produzca un debate desapasionado sobre la inmigración".