En el mitin de cierre de campaña de las elecciones gallegas en A Coruña, donde también intervino el presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, Rueda defendió ante 3.500 personas una Galicia “tranquila” y “abierta”, “sin nada que envidiarle a nadie” y que rechace “importar modelos” como el de la “división” de Cataluña.

Volvió a advertir así de que cualquier voto que no contenga las siglas del PP pone en riesgo su primera mayoría absoluta y, por tanto, aumenta las posibilidades de un Ejecutivo autonómico liderado por el BNG, puesto que el PSdeG “ha bajado los brazos” con Galicia y “acata las órdenes de La Moncloa”.

“Para parar esa Galicia que se entregaría al nacionalismo gallego, los verdaderos socialistas tienen que confiar en nosotros esta vez. Tienen que darnos una oportunidad”, arrancó Rueda, quien dijo que “no es el momento de separarse” y los gallegos tienen que aspirar a ser “líderes en convivencia”.

“Y por supuesto”, prosiguió, “los que apostaron por otras opciones porque total, el PP va a ganar igual y votamos a la opción que creemos que hay que votar para mandar un recado al PP, a toda esa gente tenemos que decirle que esta vez os necesitamos más que nunca. Y por tanto, tienen que votarnos sin ninguna duda”, expuso.

Rueda contrapuso entonces su forma de gobernar con la del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y prometió a los gallegos que cumplirá con su palabra y gobernará para “todos” con independencia del sentido de su voto. “No quiero ganar las elecciones para derrotar a nadie. Ese no es mi objetivo”, añadió. “Yo estoy aquí para servir” y “mejorar la vida de los demás”.

Asimismo, agradeció a Feijóo su implicación en la que considera que “será la mejor campaña” electoral del PP en Galicia, a pesar de la polémica que surgió la semana pasada cuando se publicó que en Génova se podían plantear un indulto al expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont condicionado a que exprese su arrepentimiento por el ‘procés’ y prometa que no volverá a ocurrir.

Por último, defendió al presidente de Inditex, Amancio Ortega, y reclamó a la izquierda “respeto” para el empresario gallego por las críticas que le dedicaron cuando donó una decena de máquinas contra el cáncer.