La presencia de Rubio en la fiscalía estuvo precedida de una enorme expectación, tanto de los medios de comunicación, cuyos representantes se contaban en más de medio centenar, como de público, que desde las cuatro de la tarde tomaba posiciones en las aceras colindantes al edificio del TSJM.

El ex gobernador del Banco de España, que mostraba un semblante muy serio y se limitó a ecir "por favor" para que no le impidiesen el acceso a la Fiscalía, fue recibido con algún grito de "cabrón" y "sinvergüenza" por parte de las personas allí congregadas, que aguardaban su llegada.

Asimismo, numerosas personas de las viviendas colindantes presenciaban desde sus balcones y ventanas la llegada de Rubio a las dependencias judiciales.

En cuanto a la declaración de Mariano Rubio, que estaba citado a las cinco de la tarde, el fiscal jefe de Madrid, Mariano Fernández Bermejo, afirmó a sullegada a la Fiscalía, a las cuatro y media de la tarde, que será una declaración que "quizás se parezca un poco a la que vimos en el Congreso, pero hay que hacerlo, hay que notificarle sus derechos".

Fernández Bermejo no hizo declaraciones sobre si el presunto delito fiscal que se le imputa a Rubio ha prescrito, "porque es una cuestión jurídica que hay que estudiar con reposo".

A diferencia de otros días, la policía instaló varias vallas protectoras y un cordón en la entrada a la Fiscalía para prmitir el acceso de Rubio. Asimismo, dos furgonetas de policías antidisturbios acudieron a la zona, para que los agentes mantuvieran el orden entre los informadores y curiosos.