Antes de citar a Rubio, que está en libertad bajo fianza de 15 millones de pesetas desde la semana pasada, el magistrado estudiará toda la documentación de la causa, así como los informes periciales que se están realizando.

Posteriormente, el juez tiene previsto llamar a declarar al ex presidente de Ibercorp, Manuel de la Concha, inicialmente el mism día que lo ponga en libertad. Esto, de acuerdo con las mismas fuentes, podría ocurrir a mediados de junio, y el juez podría imponerle para su libertad una fuerte fianza, de alrededor de 30 millones de pesetas. No obstante, la salida de prisión de De la Concha se podría retrasar hasta mediados de julio.

Por el momento, el magistrado no tiene intención de llamar a declarar a ninguna otra persona relacionada con el ex gobernador, como son los ex ministros de Economía Miguel Boyer y Carlos Solchaga, que yer comparecieron ante la comisión parlamentaria. Sin embargo, las citadas fuentes dijeron que esto podría ocurrir si el juez halla pruebas que los impliquen.

Hasta hoy, ninguna de las partes personadas en la causa han presentado recurso contra la libertad de Rubio o el mantenimiento en prisión de De la Concha, si bien podrían hacerlo próximamente, dado que no disponen de un plazo concreto.

El juez tampoco ha tenido ningún otro contacto con el primo y testaferro de Rubio, Carlos Pittaluga Jiménez a quien la semana pasada recomendó, a través de su abogado, que se desplazase desde Argentina, donde reside, a España para declarar voluntariamente sobre esta causa.

Por otra parte, las citadas fuentes señalaron que el juez Coronado tiene previsto mantener el secreto del sumario hasta el próximo 6 de junio -fecha en la que concluye el plazo-, periodo durante el cual no autorizará a De la Concha a declarar ante la comisión parlamentaria mientras permanezca encarcelado.

Rubio, por otro lado, podrí comparecer dado que se encuentra en libertad y el juez no tiene potestad para impedírselo, aunque el magistrado estima más oportuno que se acoja a su derecho constitucional a no declarar mientras dure el secreto de las actuaciones, con el fin de no entorpecer la investigación.