En declaraciones a Servimedia, Múgica calificó de "magnífica noticia" que Grande-Marlaska haya ordenado a la alcaldesa de Hernani, Marian Beitilarrangoitia, de ANV, que los nombres de etarras desaparezcan del callejero de su localidad.

Según Múgica, esta medida es un paso adelante "para que no haya una sola calle dedicada a los criminales, a los verdugos y a los colaboradores de los verdugos".

A su juicio, las calles del País Vasco deben recordar "a la gente de bien que ha sido víctimas del terrorismo nacionalista". En este sentido, la familia de Rubén Múgica se querelló hace unos meses contra al alcaldesa de Zizurkil, perteneciente al PNV, por tener una plaza con el nombre del etarra José Luis Geresta.

Este terrorista, en su calidad de miembro del "comando Donosti", fue uno de los que participó en los asesinatos de Fernando Múgica y de Miguel Ángel Blanco.