En una rueda de prensa en la sede del PSOE, Pérez Rubalcaba dijo ser "muy respetuoso" con este tipo de decisiones, pero remarcó que "yo no sé si confundiría ambos planos, a la Iglesia se va a confortarse en la fé, no se va a recibir llamamientos a salir a la calle".

Lamentó que, después de dos meses de diálogo, el Gobierno no haya llegado a un acuerdo con la Conferencia Episcopal para la reforma educativa, a pesar de que en algunos momentos de la negociación "estuvimos muy cerca", y tuvo la sensación de que el acuerdo estaba "al alcance de la mano".

A su juicio, "habíamos avanzado bastante", por lo que se preguntó qué ha ocurrido para que al final se frustrara el acuerdo en torno a una reforma que establece que "el que quiera religión la va a tener, y el que no la quiera, no. La Iglesia lo debería entender, y no derivar obligaciones para los niños que no quieren estudiar religión".

"No se puede imponer un derecho por parte del que quiere que sus hijos estudien religión para los que no quieren", y viceversa, remarcó Rubalcaba, quien reiteró que la propuesta del Gobierno socialista es "razonable", puesto que defiende "la libertad".