Rubalcaba también ha pedido a la Comisión de Conflictos del PP que actúe contra el alcalde de Pontons (Barcelona), Lluís Fernando Caldentey, por haber afirmado que "para mí un gay es una persona tarada, que nace con una deformación física o psíquica".

En la rueda de prensa posterior a la Junta de Portavoces del Congreso, Pérez Rubalcaba se ha referido a esas palabras en términos de "insulto" a los homosexuales que debe corregir inmediatamente el PP.

A su juicio, tanto lo dicho por Caldentey, como la palabras del alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, en el sentido de que no va a casar homosexuales, y el apoyo del alcalde de Avila a éste último por su "hombría", revelan que Mariano Rajoy no es capaz de decir a los suyos que hay que cumplir la ley.

Lo de la hombría, comentó Rubalcaba, "se califica por sí sólo", pero el silencio de Rajoy cuando es preguntado por la recomendación del Vaticano de que los cargos públicos no casen homosexuales, demuestra que "quien calla otorga".

"El PP se enfada cuando les llamamos reaccionarios, pero con este tipo de posturas, al final la gente lo piensa (...) Es una actitud reaccionaria y que el líder del PP no haga nada, da pábulo a este tipo de cosas", advirtió.

A Rajoy, insistió, puede no haberle gustado la reforma del Código Civil para permitir bodas homosexuales, pero "no puede taparse los ojos" cuando sus ediles dicen que no van a cumplir la ley.

El portavoz socialista recordó que, hace 25 años, con la aprobación de la Ley del Divorcio, Alianza Popular, la sigla que precedió al PP, votó en contra de la misma, en esta ocasión la reforma de esa ley le ha valido una abstención, "algo hemos avanzado".

Rubalcaba pronosticó que dentro de 25 años, cuando haya que modificar la legislación sobre bodas homosexuales, el PP ya no votará en contra como ahora sino que se abstendrá. "Su problema es que siempre van dos pasos por detrás de la gente".