Pérez Rubalcaba recordó que en los últimos comicios generales de 1993 hubo dos "cara a cara" entre González y Aznar y que estos programas fueron seguidos por más de diez millones de personas, cifra que, a su juicio, pone de relieve el interés que despertaron entre la ciudadanía.

Para apoyar sus argumentaciones, el ministro citó el dato de que tres de cada cuatro españoles votan al PSOE o al PP, loque avala la celebración de debates "cara a cara" entre los dos candidatos que, a su modo de ver, son los que cuentan con posibilidades reales de acceder a la Presidencia del Gobierno tras las elecciones del "3-M".

A su juicio, sólo la negativa de Aznar a aceptar este tipo de confrontaciones explica su insistencia en buscar a amigos como Anguita para que se sienten con él en la mesa y hagan funcionar la "pinza" contra el partido socialista.

"A mí me sorprende", continuó, "que haya quien ponga coniciones y que la condición sea que el señor Aznar se convierta en el apoderado del señor Anguita. No sé por qué ese interés, que debería explicar el señor Aznar, en tener un amigo en la mesa como el señor Anguita, salvo que tenga miedo, que creo que es finalmente lo que tiene. No sé si él o sus asesores, que parece que son los que mandan en estos temas".

Sobre la posibilidad de ampliar los debates electorales a otras fuerzas políticas, Pérez Rubalcaba dijo que parece lógico que en esa mesa pudiera senarse CiU, sobre todo si se tiene en cuenta que durante la pasada legislatura fue un "elemento clave" para gobernabilidad de España.

"Puestos a hablar de imortancia política, parece que tiene lógica escuchar que los españoles sepan cuál es la posición de CiU, que en muchos momentos, gracias a su grupo de diputados, va a decidir con sus votos las políticas que las Cortes impriman".