RUBALCABA DICE QUE EL "HARTAZGO" DE PUJOL NO VARIARA LAS RELACIONES ENTRE EL GOBIERNO Y CIU
- Evita pronunciarse sobre las opiniones de Cotta y subraya que el Gobierno está tranquilo respecto a la decisión del Supremo
- Pide n mayor sosiego para el nuevo curso político
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El ministro de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró hoy que las declaraciones del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, en el sentido de que estaba harto de la actual situación política, no repercutirán negativamente en las relaciones que mantiene el Gobierno con los nacionalistas catalanes.
Pérez Rubalcaba explicó que el Gobierno tiene un plan de trabajo acordado con CiU y que en las próximas semanas la proridad se centrará en los Presupuestos Generales del Estado para 1996.
"No creo", subrayó el ministro en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, "que ese trabajo se vea influenciado por ninguna declaración de Pujol o de otro grupo político durante este verano".
Respecto a las opiniones del presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, Fernando Cotta, sobre la posible aplicación del artículo 102 de la Constitución, Pérez Rubalcaba evitó pronunciarse sobre ellas, aunque quiso dear claro que lo que el Gobierno quiere es que la justicia "trabaje y lo haga rápidamente".
"No creo que sea el Gobierno", puntualizó, "el que deba hacer ningún comentario en relación con la opinión el señor Cotta relativa a la aplicación del artículo 102 de la Constitución en la exposición motivada que el Supremo está estudiando relativa al sumario de los GAL".
TRANQUILIDAD
En este sentido, Pérez Rubalcaba reiteró que el Gobierno está absolutamente tranquilo respecto a la decisión que el Tribunl Supremo adopte finalmente sobre esta cuestión.
Por otro lado, el ministro fue interrogado sobre la iniciativa del PSOE de convocar una conferencia en defensa de la democracia para el próximo mes de octubre y señaló que ésta es una medida acordada por el partido socialista, "que naturalmente el Gobierno ve con buenos ojos, y nada más".
Finalmente, el titular de la Presidencia aludió a la dureza del curso político que ahora termina y se mostró partidario de que queden desterrados algunas formas yusos que, "con demasiada frecuencia, están adornando nuestra vida política, como el insulto y la crispación".
Abogó porque a la vuelta de vacaciones todos los grupos políticos consigan imponer "ciertas dosis de sosiego" en las formas de hacer política.
(SERVIMEDIA)
04 Ago 1995
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