En la sesión de control en el Senado, a preguntas de los senadores del PP, Rubalcaba resumió la gestión de su ministerio en tres niveles: a largo plazo, ayudando a los países subsaharianos para que se desarrollen y sus habitantes no tengan que emigrar para huir del hambre; a medio plazo, mejor control de fronteras en los países emisores colaborando con las policías locales y contribuyendo a su formación; y a corto plazo, para los que llegan a España, buscando soluciones para repatriarlos, "algo que no es fácil", subrayó.

Insistió en que repatriar no es fácil porque los inmigrantes ponen todos los impedimentos posibles para ser identificados y devueltos a sus países de origen y aprovechó para recordar a los populares que, cuando ellos gobernaban, no eran un "ejemplo" sus repatriaciones.

Evocó el viaje de ida y vuelta de decenas de inmigrantes, que durante el Gobierno de José María Aznar, fueron narcotizados y embarcados en un avión para poder devolverlos a sus lugares de procedencia.

Los populares insistieron en que con este Gobierno se ha cuadriplicado la llegada de inmigrantes, más de 5.000 personas solo en agosto, señaló la senadora popular Maria del Carmen Guerra, lo que supone más que todo el año anterior, y 700 menores, según sus datos.

La senadora también criticó las repatriaciones, dijo que a algunos inmigrantes se les ha dejado tirados en el desierto y otros no pueden salir del avión en el aeropuerto.

La parlamentaria del PP pidió a Rubalcaba que dimita y le dijo que espera que "tenga la capacidad suficiente para saber el nefasto trabajo que está haciendo".

"No esperaba que me fuera a pedir tan pronto la dimisión", ironizó Rubalcaba. "Si la única solución que tiene el PP para acabar con el problema de la inmigración es que yo me marche, creo que nosotros vamos a seguir tiempo en el Gobierno", concluyó el titular de Interior.