Después de varios meses de negociación con las televisiones logramos que suscribiesen ese compromiso, que sin duda supuso un avance, porque las cadenas son hoy más cuidadosas en la programación infantil y juvenil", aseguró el ministro.

Señaló que incluso algunas asociaciones que tuvieron una actitud crítica hacia ese código, como la Agrupación de Telespectadores y Radioyentes (ATR) han manifestado su aprobación por los resultados obtenidos.

"La consecución de este código supuso también un aldabonzo en la conciencia social y política, que ha permitido que haya mucha más gente preocupada por este tema y haya generado un movimiento en torno a la programación y su influencia sobre el público joven", aseguró.

En cuanto a los argumentos de los reponsables de algunas cadenas para retrasar la implantación de esas normas de autorregulación argumentando problemas comerciales, el ministro afirmó que "la lucha legítima por la audiencia tiene su límite en la protección a los niños".