La situación en los campos de refugiados puede acentar la discriminación que padecen los twa, al negarse hutus y tutsis incluso a comer con ellos o a beber de la misma taza. El desprecio por los miembros de esta etnia llega al punto de prohibirles el acceso a los pozos públicos.

Además, Survival teme que el hecho de que muchos carezcan de documentos de identidad pueda causarles problemas como refugiados o cuando sean repatriados a Ruanda, país en el que, según el censo de 1991, había unos 20.000. Los twa forman parte de los pueblos pigmeos de Africa cetral, pero aunque son de baja estatura, no se diferencian fácilmente del resto de los habitantes del país.

En Ruanda existen dos tipos de twa, uno mayoritario, que vive como la casta más baja de la sociedad ruandesa, a la que no se le permite tener propiedades y trabajan como temporeros en granjas de hutus. Los pertenecientes al otro grupo vivieron hasta hace poco como cazadores y recolectores en la selva, pero muchos han abandonado esta vida debido a la tala de bosques, entre otras causas.

Los ta son encarcelados a menudo por no pagar impuestos, como el de matrimonio, lo que implica que sus hijos no sean reconocidos oficialmente y, por tanto, que no dispongan de documentos de identidad.