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ROUCO PIDE DIÁLOGO ENTRE CRISTIANOS Y LAICOS PARA AFRONTAR EL "DESAFÍO FORMIDABLE" DEL FUNDAMENTALISMO ISLÁMICO

- El cardenal cuestiona la autoridad del Estado para establecer los principios normativos de la ética pública

MADRID
SERVIMEDIA

El cardenal y arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, abogó hoy por un "imprescindible proceso de diálogo" entre laicos y cristianos para afrontar el "desafío históricamente formidable del fundamentalismo islámico, que les afecta por igual".

Rouco hizo estas manifestaciones en el discurso que pronunció en el acto de su investidura como Doctor Honoris Causa por la Universad San Pablo CEU de Madrid. Al acto asistieron como invitados el ex presidente de Gobierno, José María Aznar, el líder del PP, Mariano Rajoy, y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón.

Después de un discurso en el que alertó sobre los peligros de la sociedad del siglo XXI, apeló a laicos y cristianos para "reconstituir procesos y cauces de intercomunicación", que permitan el reconocimiento amplio de "los principios éticos y los valores normativos de los que depende la suerte del hombre y la humanidad, sobreponiéndose a las pretensiones del poder y de las veleidades y modas sociológicas" que discurren alejadas del fenónemo religioso.

Para que este diálogo pueda "fructificar" y contribuir a la "configuración de la conciencia social y del ordenamiento constitucional de la comunidad política", es imprescindible "el respeto escrupuloso al derecho a la libertad religiosa, y de todas sus connotaciones individuales, sociales e institucionales".

El prelado arremetió duramente contra las "nuevas antropologías sociales de un positivismo y pragmatismo radicales" que sólo pretenden, a su juicio, "imponer lo que conviene a los más fuertes".

En ese sentido, advirtió de que "el riesgo máximo para la subsistencia de un ordenamiento libre y democrático de la comunidad política llega cuando esta teoría del absoluto relativismo ético se constituye en doctrina justificadora de la actuación del Estado, dispuesto a convertirse en la última instancia de los principios normativos de la ética pública, cuando no de la moral privada".

En este punto, el cardenal critica en especial que el Estado trate de transmitir estos principios éticos "obligatoriamente a través del sistema educativo, por encima de los derechos de los padres y de los alumnos", actuación que resulta "extraordinariamente preocupante".

Tras afirmar que cuando el hombre decide "por sí solo, sin Dios", lo que es bueno y lo que es malo pueden producirse situaciones como el genocidio judío durante el III Reich alemán o el régimen comunista de la Unión Soviética, abogó por "una España unida humana, espiritual y socialmente", que recupere sus raíces cristianas, se mantenga abierta al diálogo con "el laicismo de la mejor tradición humanista".

(SERVIMEDIA)
16 Jun 2006
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