ROUCO APUNTA AL "RELATIVISMO MORAL" Y LA "AVARICIA DE LA GANANCIA RÁPIDA" COMO CAUSANTES DE LA CRISIS ECONÓMICA
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El arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Antonio María Rouco Varela, afirmó hoy que "es tal vez el momento de reflexionar sobre los orígenes morales de la crisis".
En su discurso inaugural de la 92 Asamblea Plenaria de la CEE, Rouco Varlela destacó la necesidad de examinar "si el relativismo moral no ha fomentado conductas no orientadas por criterios objetivos de servicio al bien común y al interés general".
Asimismo, pidió reflexionar sobre "si la vida económica no se ha visto dominada por la avaricia de la ganancia rápida y desproporcionada a los bienes producidos; si el derroche y la ostentación, privada y pública, no han sido presentados con demasiada frecuencia como supuesta prueba de efectividad económica y social".
El purpurado, que dijo que esta crisis económica es una de las actuales preocupaciones de la sociedad, señaló que "se precisa un fortalecimiento de las personas como sujetos morales, capaces de orientar su vida y su conducta según el verdadero bien personal y social, que no puede confundirse nunca con los propios gustos o intereses".
Rouco Varela, que apeló a la solidaridad que procede del amor para hacer frente a esta crisis, subrayó que "quienes se quedan sin trabajo; los inmigrantes, con menos apoyo en el entorno familiar y social, y en general, las personas que se hallan en situaciones más desfavorecidas, esperan con toda justicia el apoyo necesario de los poderes públicos y de la sociedad".
El cardenal resaltó que la escuela básica de la solidaridad se encuentra en la familia, y cuando ésta "no recibe el apoyo cultural, social y legal adecuado, se están cegando las fuentes de la savia moral del ciudadano actor del orden social justo".
A renglón seguido, el purpurado afirmó que "el sacrificio silencioso y legalmente tolerado de tantas vidas inocentes a través de la práctica sistemática del aborto, representa una injusticia clamorosa que no puede dejar de afectar seriamente a todas las relaciones humanas más básicas".
"La misma institución del matrimonio, como ha recordado en diversas ocasiones la CEE, precisa de una verdadera protección jurídica que garantice a los esposos y esposas actuales y futuros el reconocimiento elemental de su cualidad de tales. Se trata también de una exigencia básica de la justicia social", aseveró.
MEMORIA HISTÓRICA
Rouco Varela subrayó que otra de las preocupaciones actuales de la sociedad es la reconciliación de los españoles tras la Guerra Civil y el conflicto suscitado por la Ley de Memoria Histórica.
"No son pocos los que manifiestan una justificada inquietud ante el peligro de un deterioro de la convivencia serena y reconciliada, que hemos logrado ya en nuestra sociedad", sentenció.
Según dijo, "la historia de España de los dos últimos siglos ha estado, por desgracia, jalonada por tensiones que más de una vez han desembocado en enfrentamientos fratricidas".
"El último y el más terrible de todos tuvo lugar en los años treinta del siglo pasado en el contexto de una situación internacional de confrontación entre ideologías totalitarias de diverso signo", recalcó.
Tras dejar claro que "la actual situación internacional y nacional no es la misma", Rouco Varela señaló que "siempre es necesario vigilar para evitar de raíz actitudes, palabras, estrategias y todo lo que pudiera dar pábulo a las confrontaciones que puedan acabar siendo violentas".
"Es necesario cultivar el espíritu de reconciliación, sacrificado y generoso, que presidió la vida social y política en los años llamados de la transición a la democracia", indicó.
"A veces", continuó,"es necesario saber olvidar. No por ignorancia o cobardía, sino en virtud de una voluntad de reconciliación y de perdón verdaderamente responsable y fuerte; una voluntad basada en los altos ideales de la paz que se alimenta de la justicia, de la libertad y, por qué no decirlo, del perdón y del amor fraterno. Es lo que puede llamarse una auténtica y sana purificación de la memoria".
Rouco Varela concluyó que "a los jóvenes hay que liberarlos, en cuanto sea posible, de los lastres del pasado, no cargándolos con viejas rencillas y rencores, sino ayudándoles a fortalecer la voluntad de plena concordia y de amistad, capaz de unir pacíficamente las personas, las familias y las comunidades que integran y conforman la España actual".
(SERVIMEDIA)
24 Nov 2008
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