La ministra de Cultura, Carmen Alborch, acudió al funeral oficiado en la catedral de Valladolid por el arzobispo José Delicado Baeza.

Alborch, visiblemente emocionada, destacó que el Ministerio de Cultura le otorgó la Medalla de Bellas Artes y le hizo miembro del Patrimonio del Museo del Prado, y recalcó que su departamento no tiene influencia para decidir el Premio Cervantes.

Numerosos vallisoletanos se acercaron al Salón de Recepciones del Ayuntamiento de Valladolid, donde estaba instaada la capilla ardiente, y acompañaron luego el feretro hasta la catedral.

El hijo de la fallecida, Carlos Pérez Chacel, mostró su agradecimiento por el sentimiento expresado por la ciudadanía hacia Rosa Chacel y dijo que "ahora sólo quiero que me devuelvan a mi madre, porque me la han robado".

Miguel Delibes, el último premio Cervantes, aseguró que este premio es "una lotería" y consideró una lástima que "a Rosa no se lo dieran antes, porque ya tenía 96 años. Rosa Chacel parecía inmortal, pero n lo era".

La Fundación Jorge Guillén catalogará toda la obra de la escritora fallecida, y dará a conocer escritos inéditos, como cartas y poemas.