"AE 93" ha reunido durante tres días en Madrid a numerosos profesionales de los diferentes ámbitos del cine, que han analizado los principales problemas de financiación, legislación y armonización con el resto de Europa.

"Estamos ante un momento decisivo, en el que debemos definir cuál es nuestra situación ante la inminente entrada en vigor de la Eurpa sin fronteras", dijo Gubern, "y tratar de evitar convertirnos en los mayordomos de Jack Varenty (presidente de la asociación de multinacionales norteamericanas de exhibición)".

Después de señalar que hay una notable diferencia entre lo que el PSOE propuso en 1982 y lo que está cumpliendo en la actualidad, exigió de forma inapelable una ley del audiovisual, "porque de lo contrario, cuando se celebre en 1995 el centenario del nacimiento del cine, nos veremos obligados a celebrar sus funerales".

OPTMISMO DE SOLE TURA

Por su parte, Solé Tura explicó que el ministerio es consciente de la gravedad de la situación por la que atraviesa el cine español, dado lo costoso que resulta realizarlo, la necesidad de infraestructuras comerciales para su difusión y la dependencia de Estados Unidos, pero se mostró optimista frente al riesgo de posible desaparición de la industria nacional.

Opinó que la ley no es el instrumento más apropiado para solucionar los problemas actuales y aseguró que no sería posibe crear un ente autónomo audiovisual que concentre las competencias hoy dispersas en varios ministerios, como proponían los congresistas.

El ministro sí consideró factible la creación de una comisión interministerial que atendiese los problemas del cine desde las perspectivas laboral, fiscal e industrial, aparte de la estrictamente cultural.

"Podría intentarse un pacto intersectorial de distribuidores y exhibidores para atajar algunos de los problemas económicos actuales, además de coordinar esfurzos entre la cinematografía y la televisión, como ha ocurrido en otros países europeos", dijo Solé Tura.