Durante los diez meses que ha durado la fuga de Roldán, Blanca Rodríguez Porto y su hijo han permanecido vigilados las 24 horas del día por efectivos de la policía y la Guardia Civil.

Interior tenía destinado a la vigilancia de la familia de Roldán a una dispositivo de 35 policías y dos coches que seguían los desplazamientos de la mujer durate todo el día. El control del niño, de cerca de dos años, corría a cargo de 22 guardias civiles y un helicóptero. Estos efectivo se distribuían en cinco turnos.

La vigilancia se suspendió por orden judicial poco después de que Luis Roldán ingresara en prisión, puesto que el motivo del estrecho control que se mantenía con su familia se debía a la sospecha de que el prófugo pudiera ponerse en contacto con ellos.

Según las mismas fuentes, también se ha retirado la vigilancia que mantenía la Guardia Civil en la finca que al familia de Roldán tiene en la localidad zamorana de Mombuey, desde donde se sospecha que emprendió la fga.

La finca, ocupada ahora por los tres trabajadores que cuidan la explotación agrícola, fue la residencia de verano de los padres de Blanca Rodriguez Porto que permaneció dos semanas allí después de salir de prisión bajo fianza.