ROJO ACONSEJA AL GOBIERNO QUE ABARATE EL DESPIDO Y NO REACTIVE LA ECONOMIA CON CARGO A LOS PRESUPUESTOS
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El gobernador del Banco de España, Luis Angel Rojo, afirmó hoy que es necesario abaratar el coste de los despidos y reformar el mercado laboral en su conjunto, en lugar de pensar en reactivar la economía con más gasto público o nuevos incentivos fiscales.
Rojo hizo estas manifestaciones en una comparecencia ante la Comisión de Economía del Congreso, en la que indicó que el coste de los despidos es en España superior a la media de la CE y más elevado incluso que en países much más desarrollados, como Francia y Alemania.
El gobernador no precisó si abogaba por el abaratamiento tanto de los despidos colectivos como de los individuales. Actualmente, los primeros llevan aparejados una indemnización de 20 días de salario por año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades. En los segundos es de 45 días por año con un máximo de 42 meses.
Según Rojo, los dos principales problemas de la economía española son la falta de moderación salarial y los elevados precios que cobran ls empresas de servicios prevaliéndose de que están al abrigo de la competencia internacional.
El resultado, añadió, es que las industrias y las empresas que sí están sujetas a esa competencia deben hacer frente a unos costes excesivos tanto en salarios como en el suministro de servicios.
El gobernador advirtió que, en esta situación, es imposible una reducción sustancial de los tipos de interés sin provocar una devaluación de la peseta que, casi con toda seguridad, conllevaría su salida del Sistea Monetario Europeo.
NO A LAS POLITICAS EXPANSIVAS
Rojo instó al Gobierno a no caer en la tentación de aplicar políticas expansivas y dejo claro que el Banco de España no contribuirá a ellas relajando la política monetaria. A su juicio, ese tipo de medidas tendrían un efecto muy pequeño a corto plazo y negativo a largo.
Aseguró que la evolución de los salarios imposibilita el mantenimiento de la competitividad de las empresas, por lo que urgió a los interlocutores sociales a llegar a acuerdos qe permitan una mayor moderación retributiva.
A este respecto, señaló que los costes laborales unitarios españoles crecieron entre 1986 y 19992 a un ritmo anual del 6,2 por ciento frente a un 4,5 por cien de la media comunitaria.
Añadió que los salarios no pueden aumentar este año como lo han hecho en enero, un 6,5 por ciento, sin provocar más paro, menos inversión y un nivel de inflación que impedirá la bajada de los tipos de interés.
El gobernador se mostró convencido de que sólo la mala reulación del mercado laboral explica que los salarios no estén creciendo menos, a pesar de la presión que supone para los trabajadores con empleo el incremento del paro.
También consideró necesario, además del abaratamiento del despido, el incremento de la movilidad funcional y geográfica, y recalcó que, aunque estas medidas están en la agenda del Gobierno, "no sólo no se ha avanzado nada sino que se ha producido un retroceso tan grave como la generalización de la indiciación de los salarios sobre los recios pasados".
También propuso cambios en la negociación colectiva, dando mayor protagonismo a los acuerdos a nivel de empresa, a fin de que las que tengan pérdidas no se vean obligadas a aplicar incrementos salariales pactados a nivel de sector, aunque sean inasumibles.
Rojo insistió reiteradamente en que no pretende "demonizar" a los salarios ni a los sindicatos, y afirmó estar resignado a arrostrar la impopularidad que supone el repetir que la moderación salarial es "de extraordinaria importncia" en una situación como la actual, que calificó de "muy seria".
Reconoció que los salarios reales de España son bajos en relación a la CE (el 70 por cien de la media de Francia, Alemania, Gran Bretaña e Italia), pero aseguró que sólo cabe atribuirlo a que la productividad es baja.
El gobernador no eludió las críticas al Gobierno, al señalar que, desde la entrada de España en el Sistema Monetario Europeo, en 1989, la política presupuestaria no ha contribuido a corregir los desequilibrios econóicos, con lo que ha cargado todo el peso del rigor sobre la política monetaria, mediante tipos de interés altos.
Afirmó que "hay un problema fiscal" que será difícil cortar en 1993, ya que la crisis genera automáticamente un incremento del paro que aumenta los pagos por el seguro del desempleo y disminuye los ingresos tributarios de quienes pierden el puesto de trabajo.
EL PSOE MARCAN DISTANCIAS
En el turno de portavoces, el socialista Néstor Padrón respondió a estas últimas críticas del goberndor asegurando que el Gobierno demostró su rigor presupuestario con medidas que tuvo que aplicar el solitario, como el recorte de las prestaciones de paro. Agregó que comparten la necesidad de más moderación salarial, pero sin que supongan pérdida de poder adquisitivo.
Luisa Fernanda Rudi, del Partido Popular, opinó que el problema de los costes laborales no es responsabilidad sólo de empresarios y trabajadores sino también del Gobierno, por elevar uno de sus componentes, las cuotas de la Seguridad Soial y otras cotizaciones sociales.
Francesc Homs, de Minoría Catalana, amplió esta argumento, al pedir a Rojo que también abogue públicamente por una reducción de los costes fiscales, financieros y energéticos que gravan a las empresas. "No hay que obsesionarse en un solo frente", apostilló.
Ramón Espasa, de Izquierda Unida, acusó a Rojo de "demonizar" los salarios y subrayó que el despido en España es más caro que en Alemania, entre otras razones, porque en este segundo país el seguro de desemplo y las ayudas para la recolocación mayores.
(SERVIMEDIA)
24 Feb 1993
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