Uría remitió ayer una carta a la ministra de Cultura, Carmen Calvo, en la que le comunica su salida del Patronato del Thyssen alegando que el Prado le ocupa gran carga de trabajo y que, además, ya lleva demasiado tiempo en el Thyssen.

Recordó que ya se ocupó en su momento, durante siete años, de la compra por el Estado de la colección del barón Thyssen y ahora que se ha decidido adquirir los cuadros de la baronesa Carmen Cervera, es el momento de que entre "savia nueva" en el patronato que se encargue de este nuevo cometido. "Segundas partes nunca fueron buenas", aseguró.

Según Uría, su renuncia no está vinculada con la dimisión reciente de Tomás Llorens como conservador jefe del museo ni con su posterior recambio por Guillermo Solana, cuyo nombramiento dijo que ha apoyado en todo momento.

Agregó que tampoco puede relacionarse su salida con una hipotética oposición a la compra de los cuadros de la baronesa, ya que los considera "valiosísimos".

Tras la dimisión de Uría, la titular de Cultura deberá ahora informar al Consejo de Ministros para el nombramiento de un nuevo patrono.

PAZ OCTAVIANA

Uría compareció en la Comisión de Cultura de la Cámara Baja, a petición urgente del PP, para informar sobre el retraso y el desvío presupuestario registrado en las obras de ampliación del Prado.

Aseguró que una vez que el Gobierno tenga listo el anunciado presupuesto reformado, las obras se van a reanudar en un tiempo "récord", que cifró en mes o mes y medio, por lo que opina que finalmente "la pérdida de tiempo no va a ser muy grave".

Uría no quiso entrar en las disputas que han mantenido el Gobierno y el PP por este asunto durante las últimas semanas y se felicitó de constatar en la sesión de hoy que se ha impuesto lo que denominó como "paz octaviana" entre los grandes impartidos y se ha mantenido el consenso parlamentario en torno al Prado que se instauró en 1995.

En su opinión, este tipo de "catarsis" incluso pueden ser buenas para consolidar el futuro de un museo de cuya gestión se declaró muy orgulloso.

Uría cree que ahora el museo funciona "infinitamente mejor" que hace cinco años porque se ha impuesto una "política de exigencia e ilusión" en el patronato.

Por ejemplo, dijo que ahora ya no hay tanto absentismo laboral, los conservadores no dan tantas conferencias fuera del propio museo y las relaciones entre la dirección y los sindicatos son fluidas.

Este nuevo escenario lo atribuyó a su labor y a la de un director "providencial" como Miguel Zugaza, sustentadas en un firme acuerdo parlamentario.

Por el PP, Beatriz Rodríguez-Salmones señaló que su partido da por zanjada la polémica por las obras después la "rectificación" de la ministra por sus declaraciones sobre el incremento presupuestario.

"El acuerdo parlamentario se mantendrá, por lo que respeta a nosotros, contra viento y marea, y habrá vientos y mareas", dijo la portavoz popular.

El representante del PSOE, Mario Bedera, mantuvo que el acuerdo nunca se ha visto amenazado de ruptura porque el Ministerio de Cultura sólo tenía interés en que hubiera ante todo "transparencia". "El consenso no está reñido con la transparencia", dijo Bedera.