La ceremonia estuvo marcada por el reciente fallecimiento de su predecesor, el almirante general Antonio Martorell Lacave, debido a una enfermedad. Martorell desempeñaba ese cargo desde febrero de 2021.

Margarita Robles aseguró en su intervención que el de hoy “es un acto agridulce, no podemos olvidar al Ajema Martorell”, y añadió que tiene “grabada la escena la noche anterior a que nos dejara, su satisfacción cuando le dije que habían salido con éxito las pruebas de inmersión del submarino S80”. “Desde el cielo nos está viendo y acompañando”, aseveró.

La titular de Defensa quiso expresar su “reconocimiento a las dotaciones, casi 2.900 hombres representando a España” en 18 buques y los despliegues de la Infantería de Marina. “Tenemos una Armada de la que sentirnos muy orgullosos”, dijo.

“Almirante, cuenta con mi apoyo y con el de todo el Gobierno, con el apoyo de toda la Armada y de los ciudadanos españoles, que se sienten identificados y orgullosos de su Armada, capaz de escribir en la historia paginas gloriosas de su historia cada día”, enfatizó la ministra.

Robles glosó las inversiones que ha acometido su Departamento para mejorar el equipamiento de la Armada, con proyectos en marcha como las nuevas fragatas F110, el submarino S80, y los recientemente adquiridos helicópteros multipropósito MH-60R.

“UN DÍA DIFÍCIL”

Tras jurar el cargo, el almirante general Antonio Piñeiro Sánchez afirmó igualmente que el de hoy era “un día difícil”, ya que “la Armada ha perdido por primera vez en su historia reciente un Ajema, y todos los amigos hemos perdido un gran amigo”. Por eso, agregó, “esta toma de posesión es anómala, no tenía que haberse producido”.

El nuevo Ajema glosó la figura de Martorell como un “jefe serio, honesto y exigente, dando siempre ejemplo de liderazgo”, al igual que “compañero noble, leal” y amigo “entrañable, bromista”. “La vida sigue y la Armada debe continuar su rumbo, para la defensa de España y los españoles”, recalcó.