Estos datos están incluidos en un informe elaboado por CCOO bajo el título "Previsiones de riesgo de incendios forestales", que advierte sobre la posibilidad de que en 1995 se repitan los desastrosos resultados del año pasado, cuando ardieron más de 430.000 hectáreas, a pesar, según Joaquín Nieto, responsable del Departamento de Ecología y Medio Ambiente del sindicato, "de que habitualmente a un mal año le suceden otros en los que se reduce la incidencia del fuego".

Sin embargo, las imágenes del satélite señalan que el riesgo ha aumentado un 74 po ciento en Extremadura, un 73 por ciento en Andalucía, más de un 52 por ciento en Castilla-La Mancha, un 50 por ciento en la Comunidad Valenciana, un 40 por ciento en Aragón, un 36 por ciento en Murcia, un 27 por ciento en Baleares, un 22 por ciento en Madrid, un 21 por ciento en Castilla y León y un 2 por ciento en Galicia.

El aumento del nivel de riesgo que destaca el informe viene determinado por un considerable descenso de la actividad clorofílica respecto al año pasado.

Esta situación está povocada por unas condiciones meteorológicas adversas, como consecuencia del déficit hídrico y la sequía que sufre la mayor parte del territorio estatal. Según los datos del Instituto Nacional de Meteorología, el déficit de lluvias en el sur de España alcanza el 75 por ciento de la media y sólo en el tercio norte peninsular las precipitaciones son normales respecto a la media de los últimos 30 años.

SEQUIA

La encuesta realizada en 1994 por el servicio de Protección contra Agentes Nocivos del Icona inica que la sequía ha provocado daños agudos en los Montes Universales, la Serranía de Cuenca, la Sierra de Albarracín, Javalambre, Gúdar, parte del Maestrazgo, las sierras de Alcáraz, Cazorla y Segura y Sierra Nevada.

A esta circunstancia hay que añadir la humedad del suelo, que presenta unos índices también muy inferiores a los del año pasado. Por el contrario, en la cornisa cantábrica, la masa forestal presenta unas condiciones favorables que reducen el riesgo de incendio.

Según los datos de CCO, este año ya han ardido alrededor de 10.000 hectáreas, 7.000 de ellas localizadas en la comunidad gallega, donde se había reducido durante los últimos años el impacto de estos desastres.

Sin embargo, Joaquín Nieto criticó que, "a pesar de estas evidencias, ninguna administración pública y ningún partido político han adoptado medidas serias en el ámbito de la prevención de los incendios forestales".

"Aunque el año pasado", agregó, "coincidiendo con la declaración de incendios en numerosos puntosdel Estado, políticos y administraciones anunciaron más inversiones y medios para este año, la realidad es que no han cumplido nada de los prometido".

MENOS PRESUPUESTO

Nieto acusó al Icona de reducir en 158 millones de pesetas respecto al del año pasado el presupuesto de 1995 dedicado a incendios forestales, que asciende a 8.715 millones de pesetas.

El responsable del Departamento de Ecología y Medio Ambiente de CCOO denunció el "mal estado que presentan los bosques españoles, motivado por el bandono que padecen, la disminución de la población agraria y la ausencia de una silvicultura preventiva".

El sindicato exige que se preste especial atención a las zonas de mayor riesgo, una mayor coordinación entre las distintas administraciones, investigar las causas que provocan los incendios y aumentar la preparación y seguridad de las personas que participan en los trabajos de extinción.

Joaquín Nieto aseguró que en muchas ocasiones estas personas no tienen la preparación adecuada ni están cntratados para intervenir en estas tareas, al tiempo que recordó que este año ya han muerto tres personas por causa de los incendios forestales.

Nieto pidió a las administraciones públicas que destinen anualmente a la conservación de los bosques una cantidad en ningún caso inferior a las pérdidas que provocan en el mismo periodo de tiempo los incendios, que se sitúan unos 120.000 millones de pesetas.