"La dimisión de Saiz es la crónica de una muerta anunciada", aseguró, antes de aventurar que "finalmente las presiones han surtido efecto" y han provocado la salida de Saiz del CNI.

En su opinión, la dimisión "no debería obstruir las oportunas investigaciones para confirmar o desmentir las acusaciones de uso de fondos públicos y el resto de informaciones aparecidas en torno al ya ex director".

Ahora, la tarea que tienen los responsables políticos por delante es la de abrir una reflexión, que "no debería centrarse en la salida de Saiz (del CNI), sino en el control de los fondos reservados y el uso que se da a los mismos".