Ridao admitió que algunas actuaciones del Grupo Parlamentario de ERC en la legislatura que ahora concluye pudo provocar "cierta hilaridad o incomprensión en la opinión pública española", pero defendió la carga simbólica de esos gestos que "son necesarios" para reivindicar el uso de las lenguas cooficiales en las instituciones que representan a todos.

"No es lógico que después de 30 años de la transición en España la presencia de otras lenguas sea meramente testimonial en órganos constitucionales del Estado y que en el Senado o en el Congreso no pueda hablarse catalán con regularidad. Por tanto, esa batalla la vamos a reabrir", advirtió.

Esquerra llevará su lucha tanto a la negociación del Reglamento del Congreso, en cuya redacción no se incluyó en esta legislatura, como a los debates en pleno y comisión porque "una política de símbolos bien administrada es correcta e higiénica", afirmó Ridao.