Al almuerzo asistieron, además, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, el presidente de Cataluña, Pasqual Maragall, y el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Francisco Vázquez. También se acercó hasta la sede diplomática el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, que, sin embargo, no se pudo quedar a comer pues debía coger su vuelo hacia España.

Según ha podido saber Servimedia en fuentes oficiales, hicieron de anfitriones el embajador de España ante la Santa Sede, Jorge Dezcallar, y el embajador en Italia, José Luis Dicenta.

Los asistentes pudieron degustar como primer plato un pastel de berenjenas; de segundo lubina, y como postre un pastel de chocolate.

En la conversación durante la comida se habló mucho de Roma, de Italia y del Pontificado de Juan Pablo II, pero poco de España, según las citadas fuentes.

El Rey don Juan Carlos se mostró muy contento de cómo se había desarrollado la ceremonia en la Plaza de San Pedro y todos los presentes coincidieron en destacar la perfecta organización del evento, pese a las dificultades que entrañaba.

SALUDAR EN EL BALCON

Los comensales comenzaron a llegar al filo de las tres de la tarde a la embajada. Los primeros en hacerlo fueron los Reyes de España, seguidos del presidente del Gobierno y del ministro de Asuntos Exteriores.

Más de un centenar de españoles que se encontraban frente a la sede de la legación en el Vaticano reclamaron con insistencia que los Reyes saludieran a saludar, y lo lograron. Desde el balcón, don Juan Carlos y doña Sofía saludaron a la concurrencia.

El primero en abandonar la embajada fue el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que se destuvo apenas unos minutos a saludar a sus compatriotas, al igual que había hecho Mariano Rajoy al entrar en la embajada.