Caspe, que debe el rango de ciudad por el honor dispensado por Isabel II, tatarabuela del rey don Juan Carlos, recibió a los monarcas "con sentimiento de amistad y en tonos familiares", según dijo en su discurso de bienvenida el alcalde de la localidad, Mariano Gómez Callao.

El primer mandatario caspolino resaltó en su alocución ante la colegiata de Santa Marí la Mayor la importancia histórica que tuvo esta ciudad, por ser donde fue suscrito el Compromiso de Caspe, por el que hace casi 600 años se pactó sin sangre la sucesión del rey Martín el Humano por Fernando I de Aragón, primero de los Trastámara y abuelo de Fernando el Católico.

También destacó el hecho de que fuese en esta localidad donde se fraguó el primer Estatuto de Aragón, de corte federalista, y finalmente se refirió a la situación económica y al futuro de Caspe.

Tras el alcalde, tomó la alabra el presidente del Gobierno aragonés, José Marco, quien subrayó el apoyo de los aragoneses a la Corona y a la unidad de España, haciendo referencia alegórica al Compromiso de Caspe.

Por su parte, don Juan Carlos elogió aquel hecho histórico, que calificó de "imperecedero" y que, en su opinión, "crea un fundamento inteligente y fértil sobre el cual puede alzarse sólidamente el edificio confortable de una sociedad pacífica y laboriosa".

La visita a Caspe concluyó con la inauguración por partede los monarcas de la plaza de los Reyes de España, tras lo cual se desplazaron a Sos del Rey Católico, población situada en el prepirineo zaragozano y cuna del rey Fernando el Católico.

Tras almorzar en el parador de turismo "Fernando el Católico", don Juan Carlos y doña Sofía visitaron diversos monumentos de la localidad, que abandonaron a las cinco de la tarde para emprender viaje de regreso a Madrid.