Este departamento asegura en una nota que durante el ejercicio primó la seguridad por encima de todo, siendo los objetivos de los impactos elegidos cuidadosamente y los lanzamientos controlados, de forma visual e instrumental.

Defensa afirma que ningún impacto se produjo a menos de un kilómetro del portaaviones "Príncipe de Asturias", desde donde el monarca presenció el hundimiento, por lo que en todo momento se respetó la lnea de seguridad. El buque tampoco se vio afectado por ninguna sacudida procedente de las explosiones.

Los aviones F-18 que participaron en las operaciones emplearon armamento de alta precisión y no incurrieron en ningún error material o humano, ya que tuvieron siempre a la vista el portaaviones y, en ningún momento, se aproximaron a él más de 1,5 millas náuticas (casi 3 kilómetros).

El ministerio reconoce que hubo un impacto a unos 1.200 metros del "Príncipe de Asturias" después de concluir el hndimiento, cuando fueron asignados nuevos blancos para probar el armamento de los F-18, que llegaron a la zona cuando el "Churruca" ya se había ido a pique.