Felipe VI ofreció en un discurso en la Catedral de Santiago de Compostela en el marco de la ofrenda con motivo del Día del Apóstol Santiago su “cariño y apoyo a todas las personas que han sufrido y que todavía sufren las terribles consecuencias de los incendios que están asolando tantos lugares de España”.

“Personas que han tenido que ser evacuadas de sus hogares, que han perdido sus casas, sus cosechas, sus ganaderías, su modo de vida, la vida misma... Nuestra condolencia sincera a las familias de los fallecidos en estos momentos de profunda tristeza y consternación”, comentó.

Además, destacó la entrega “admirable” de quienes se dedican a apagar llamas porque su tarea “va mucho más allá de cumplir un cometido profesional”. “No olvidemos que a su alrededor hay un importantísimo trabajo de coordinación y apoyo, de profesionales de todo tipo, también de voluntarios y de vecinos”, añadió.

El rey manifestó que, “debido a estas circunstancias excepcionales, quiero pedir al Apóstol Santiago la protección de quienes luchan día a día contra este drama; de todas esas personas que, ante esta grave situación, no dudan en ayudar a los demás, demostrando su sólido sentido de comunidad”.