Junto al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el Rey inauguró el acto institucional con el que se inicia la conmemoración del Bicentenario de las independencias iberoamericanas.

El rey subrayó que el nacimiento de las repúblicas americanas estuvo inspirado en los principios de libertad, igualdad y solidaridad que también se plasmaron en la Constitución española de Cádiz, cuya aplicación se extendía a ambos continentes.

Esos valores, añadió, han inspirado la andadura histórica a ambas orillas del Atlántico y son las metas "supremas e irrenunciables" y los pilares de la identidad de toda nación moderna.

Por todo ello, el Rey expresó su respeto, admiración y especial cariño por cada una de las naciones iberoamericanas, y aseguró que la conmemoración del Bicentenario ofrece una ocasión para profundizar en el conocimiento mutuo y para promover "lo mucho que compartimos".

Con las cumbres iberoamericanas como un instrumento ya consolidado para consolidar una comunidad "más libre, próspera y justa", abogó por reflexionar sobre el presente y el futuro de forma compartida.

"Se trata de que nuestra voz sea tenida más en cuenta, contribuyendo generosa y positivamente a crear una sociedad internacional más libre, justa, democrática y solidaria", afirmó.

La conmemoración y la Presidencia española de la UE deben servir también, según el Rey, para "dinamizar los vínculos" y para favorecer "un salto cualitativo" en las relaciones para situarlas a la altura del vínculo histórico y cultural existente.

El Rey concluyó su discurso con la expresión del respeto y afecto de España "al conjunto de naciones libres, iguales, soberanas e independientes nacidas en América hace dos siglos y con las que nos sentimos profundamente hermandados".