En una crítica a este película, al que ha tenido acceso Servimedia, Orellana destaca que "El Código Da Vinci" "es un filme que trata de Cristo y de la Iglesia y que desconoce absolutamente la materia".

A su juicio, Howard "nos ofrece una aproximación fría, distante y muy aburrida a los estrambóticos sucesos que nos cuenta la novela", de Dan Brown, donde, "Jesuscrito no era Dios, sólo un buen hombre que se casó con María Magdalena.

En cuanto a las referencias al Opus Dei, Orellana, que también es profesor de Narrativa Audiovisual de la Universidad CEU-San Pablo, señala que la trama de asesinatos que comete "el frailuno psicópata Silas, que arranca más carcajadas que otra cosa, no impide que en varios momentos se defina al Opus Dei cono una secta".

A su juicio, estas referencias "se salen de las licencias del género para entrar de lleno en algo denunciable desde un punto de vista legal".

Finalmente, Orellana señala que "el metraje se hace eterno", y "las caracterizaciones de los personajes no son propias de un thriller con pretensiones serias. El monje Silas es el que se lleva la peor parte, construido como un patético combinado de Golum y Norman Bates".

"Las conversaciones telefónicas en latín, los cardenales jugando al billar en un palacio lleno de cirios, las explicaciones confusas y atolondradas, las patéticas reacciones del comisario del Opus, son sólo algunos ejemplos de una interminable lista de hilarantes patochadas que van lastrando un film ya de por sí irregular y tedioso", concluye Orellana.