Además, el ejecutivo de servicio del aeropuerto de Barcelona confirmó a Servimedia que hubo problemas en algunas consolas de control del aeropuerto, lo que obligó a "cancelar alguno de los aterrizajes previstos, ya que no se puede atender el flujo de vuelos".

Aunque las consecuencias no son muy graves, las deficiecias registradas imposibilitan que, en algunos momentos, se pueda atender con normalidad el flujo de tráfico aereo, lo que produce retrasos en las llegadas. Sin embargo, según AENA, "no suponen ninguna anomalía en la normal actividad aeroportuaria, aunque se opere con algunos movimientos menos".