El máximo responsable de Retevisión explicó que sus palabras no son inocentes ni neutales, ya que es presidente de la compañía que competirá desde mediados de 1997 con Telefónica por el negocio de la telefonía básica, pero recalcó que está convencido de las limitaciones del mercado español y dijo apoyar su criterio en los informes elaborados por sus técnicos.

También explicó que sus pronósticos no rozan con el compromiso del Ministerio de Fomento ante la Comisión Europea de convocar una tercera licencia de red a finales de 1998, dentro de su calendario de liberalización de las telecomnicaciones en España, "porque una cosa es que yo diga que no habrá lugar para un tercer operador y otra distinta que no se le dé la oportunidad".

Pedro de Torres insistió en que la vocación de competencia que se tiene en Retevisión y en el Ministerio de Fomento significa que no deben existir barreras para la incorporación de nuevos grupos al sector, y son los responsables de esos futuros grupos, añadió, los que deberán valorar si les interesa económicamente. No dudó que surgirán otros operadores en Esaña, pero ligados a segmentos concretos del mercado y no a una oferta global de redes y servicios como la de Telefónica o la que se pretende para Retevisión.

En cualquier caso, dijo que Retevisión no está preocupada por la competencia porque el plan de negocio que ha hecho está basado en la pugna por el mercado y agregó, en este sentido, que como presidente del 'segundo operador' no admitirá un pacto entre empresas para condicionar las tarifas telefónicas de los próximos años, en línea con lo publicad por los medios de comunicación.

Un pacto así, agregó, "no se me ha presentado y dudo que se me presente", porque "va en contra del artículo 1 de la Ley de Defensa de la Competencia, y un antiguo magistrado del Tribunal de Defensa de la Competencia -cargo que ocupó hasta pasar a Retevisión- no está dispuesto a que le demanden por ese motivo". "Sólo el regulador podría imponer limitaciones al mercado", prosiguió, aunque indicó que no está en su mente hacerlo.

En este sentido, dibujó un mercado de ompetencia en el que algunos ciudadanos de grandes capitales podrán ya elegir entre Telefónica o Retevisión para tener teléfono en su casa a finales de 1997, si bien el plan de negocio -que debe ser ratificado por los socios privados que entren en el segundo operador tras su privatización- contempla primero una apuesta por los clientes empresariales para atender su demanda de comunicaciones interurbanas, internacionales y corporativas.

Pedro de Torres no dudó en que el primer efecto de la entrada de Rtevisión en el mercado de telefonía básica será la bajada de las tarifas que pagan los clientes, que calificó de "anormalmente altas", salvo en las tarifas urbanas para horas punta, de las que dijo que Telefónica las tiene ya muy ajustadas.

Sobre las tarifas urbanas dijo que, en cualquier caso, lo que no harán será crecer y su eventual evolución a la baja dependerá de las estrategias de los diversos operadores.

ALIANZAS

Respecto a las alianzas que le esperan a Retevisión con otros grupos empresriales, su presidente dijo que la intención es estar en todos los negocios, los que ya da el ente público y serán pasados a la sociedad anónima y otros como la telefonía móvil y las televisiones digitales por satélite o terrestres.

Antes de que Telefónica anunciara su plataforma digital, dijo, Retevisión está ofreciendo ya 10 canales con esta tecnología a través de Hispasat, y además con su red puede llegar a una oferta de hasta 20 ó 30 canales.

Respecto a la telefonía móvil, explicó que "seguro ue estaremos en ese negocio, bien solos o mediante una alianza con algún operador", como ocurre con el cable, de cuyos operadores locales dijo que no se debe descartar acuerdos estratégicos con Retevisión, como una alternativa a la presencia directa de la compañía en cada demarcación.