Las investigaciones que han permitido este rescate se iniciaron el pasado domingo, día 29, cuando agentes del Seprona descubrieron en Getafe a un perro de raza galgo que había sido sustraído y cuya pérdida fue denunciada por su propietario, según informaron hoy fuentes del Gobierno autonómico y de la FAPA.

Una vez que el animal fue identificado a través del preceptivo microchip, fueron llevadas a cabo las actuaciones pertinentes, así como su entrega al legítimo dueño.

Tras realizar una inspección en el recinto, el Seprona constató que la instalación carecía de cualquier tipo de licencia (licencia de actividad, núcleo zoológico y libro de registro de animales), así como de un servicio veterinario para el control de los animales.

Igualmente, se pudo comprobar que muchos de los animales incautados en la perrera ilegal se encontraban en pésimas condiciones higiénico-sanitarias y de extrema delgadez; incluso uno de ellos estaba moribundo y ha tenido que ser sacrificado, por indicación del veterinario.

Asimismo, algunos de los animales presentaban heridas en el cuello, lugar donde habitualmente se implanta el microchip, por lo que se sospecha que han sido robados.

Asimismo, las condiciones higiénico-sanitarias del centro eran muy deficientes, ya que en este lugar había excrementos, basura y un bidón con restos de animales quemados. Además, había varios cachorros muertos en los desagües de la instalación.

Una vez rescatados, los perros han sido trasladados al Centro Integral de Animales de Acogida de la Comunidad de Madrid (CIAAM), a la perrera municipal de Getafe y a los albergues de distintas asociaciones de protección animal de la región.