Los trabajos de ingeniería ya han comenzado y la planta, que costará 28.000 millones de pesetas, entrará en funcionamiento en el primer semestre del año 2002.

El nuevo hydrocracker utilizará la más avanzada tecnolgía de refino para transformar fracciones pesadas de petróleo en más de 900.000 metros cúbicos anuales de gasóleo de automoción y en otros productos de alta calidad, como lubricantes y naftas petroquímicas.

Este gasóleo supera la calidad que exigirá la Unión Europea en el año 2005 para los gasóleos de automoción, con objeto de reducir los humos y las emisiones contaminantes. La nueva planta forma parte de un plan de inversiones de Repsol YPF para aumentar la calidad de sus productos de automoción.

Las especificaciones exigidas por la Unión Europea se refieren a la reducción del contenido de determinados componentes de gasolinas y gasóleos (benceno, aromáticos y azufre, fundamentalmente). En el caso del gasóleo, a partir de enero del año 2000 su contenido en azufre no podrá superar el 0,035 por ciento (0,05 por ciento en la actualidad) y en el año 2005 esa limitación se situará en el 0,005 por ciento.

El coste total del proyecto hydrocracker será de 28.000 millones de pesetas y para su ejecució licitarán empresas de ingeniería, construcción y suministradores de equipos españoles e internacionales. Según Repsol YPF, esta inversión industrial se enmarca en el objetivo de consolidar a Tarragona como uno de los polos petroquímicos más importantes de Europa.