Argentina y Bolivia constituyen "una unidad de generación de negocio", en palabras del presidente de Repsol YPF, Antonio Brufau, en rueda de prensa previa a la Junta General de Accionistas.

Brufau aseguró que van a defender los intereses de la compañía en las negociaciones con el Gobierno boliviano, programadas a lo largo de seis meses, y "si no, donde sea posible", es decir, invocando el Tratado entre Bolivia y España sobre garantía recíproca de inversiones.

Acerca de las consecuencias sobre las reservas, Brufau reconoció que "es posible que haya que revisar en Bolivia" "si nos quedamos". Actualmente Repsol YPF cuenta con unas reservas netas de 300 millones de barriles equivalentes de petróleo (bep) en Bolivia, aunque el nuevo Ejecutivo les va a obligar a perder la mayoría en la sociedad Andina.

Brufau subrayó que el negocio en Bolivia representa sólo el 1,5% del resultado operativo de Repsol YPF, por lo que "no es crítico" para la empresa. Dijo que "no hay que dramatizar" y que la probable revisión a la baja de las reservas probadas en Bolivia no tiene en cualquier caso impacto financiero y su coste en las cuentas será cero.

En cuanto a Argentina, además del adelanto de inversiones en alianza con otras empresas, a añadir a los 7.000 millones de dólares programados para el periodo 2005-09, Repsol YPF tiene previsto asociarse con la estatal Enarsa para realizar exploraciones en el mar.

Y además, si la situación de los mercados lo permite, a lo largo de este año Repsol YPF podría sacar a Bolsa en Argentina entre inversores privados entre un 15% y un 20% del capital de YPF. Brufau subrayó que el Gobierno argentino no irá a esa OPV porque, como también ha dicho el presidente Ernesto Kirchner, "no tiene ningún interés en entrar en YPF".

La nueva situación en Bolivia también modificará los planes de Repsol YPF en Argentina en cuanto a instalaciones e infraestructuras, como por ejemplo, un gasoducto que no se construirá mientras no se solucione la situación en Bolivia.