Díaz aseguró que este descenso se produjo por una reducción del 4 por ciento de los ingresos, que se situaron en 810.000 millones de pesetas, frente a los 80.000 del año pasado, y un incremento de los gastos en torno al 6 por ciento de media. De esta forma, el rendimiento bruto sobre la facturación se situará en torno al 11 por ciento, frente al 18 por ciento de 1992.

Este ha sido el resultado de un año caracterizado por un ligero incremento de la ocupación, estimulada por los descensos de precios, que han bajado en algunas ciudades hasta un 50 por ciento en determinadas épocas y fines de semanas.

Este fue el caso de Barcelona y Sevilla, que tras lo fastos del 92, vieron bajar su ocupación de forma espectacular, si bien a juicio de Díaz la primera de estas ciudades "se recuperará pronto, porque el fenómeno olímpico ha estimulado las visitas", mientras que la capital hispalense no presenta signos de recuperación.

También los hoteles de negocios se vieron afectados, en especial los del segmento alto (cuatro y cinco estrellas), que contemplaron como grandes empresas y antiguos clientes cambiaban a otro establecimiento o solicitaban rebajas en los pecios estipulados. De esta forma, los hoteles del segmento medio en ciudades aumentaron su ocupación, pero a costa también de reducir sus precios.

Por su parte, los hoteles vacacionales y de costa experimentaron incrementos en sus visitantes en torno al 5 por ciento, si bien no pudieron beneficiarse de la devaluación de la peseta, ya que los tenían contratados ya previamente con los 'tour operadores'.

NUEVO AÑO

Sin embargo, para 1994 los empresarios españoles ya han pactado con estos agentes un subida de un 10 por ciento de media, si bien uno de los mercados más importantes, el británico, sólo ha consentido en un aumento del 4 por ciento. En cualquier caso, ambas cifras son, según Díaz, "menos de lo que se esperaba".

Para el próximo año, la patronal hotelera pronostica el "estancamiento" en la situación actual, ya que los primeros datos de reservas hasta primavera "no parecen buenas", según Díaz.