El contrato, que supone un desembolso para Renfe de 5.364 millones de pesetas anuales durante cinco años, afecta al mantenimiento de los 1.034 remolques fabricados por Talgo que son propiedad de Renfe, de los que la mayor parte son coches cama y de asientos de primera y segund clases.

El acuerdo, que será firmado en los próximos días por los presidentes de Renfe, Mercé Sala, y Talgo, José Luis Oriol, exige a Talgo una alta calidad en todos sus trabajos, con el fin de conseguir la más alta disponibilidad y una gran fiabilidad del material.

En concreto, el contrato prevé que el 97 por ciento de los remolques y el 90 por ciento de las locomotoras se encuentren dispuestas para prestar servicio durante las épocas punta. En los períodos de baja demanda, estos porcentajes decienden hasta el 88 por ciento de los remolques y el 86 por ciento de las locomotoras.

Renfe, por su parte, se reserva la realización de todas las tareas de inspección, vigilancia y control del mantenimiento del material, de manera que se asegure que los trabajos realizados por Talgo cuentan con los niveles de calidad que los clientes del tren exigen en la actualidad.

Según los responsables de Renfe, este contrato se enmarca dentro de la filosofía de la empresa ferroviaria de apostar por la indusria nacional, tal y como viene haciendo en todos y cada uno de los últimos concursos convocados por Renfe para la fabricación de nuevos trenes.