Este impuesto variará e función del tipo de trayecto que se realice y su importe se incluirá automáticamente en el precio final del billete que se adquiera.

De esta forma, para los servicios de cercanías y regionales, la cuantía de la tasa será de 0,02 euros (algo más de 3 pesetas) por persona y viaje, aunque será en principio de 0,01 euros (casi 2 pesetas) entre abril y diciembre de este año.

La cuantía de la tasa será de 0,15 euros (25 pesetas) por persona y viaje en los trayectos de grandes líneas. Finalmente, para os viajeros del AVE, la cuantía del impuesto será de 0,30 euros (50 pesetas).

Además, en los tradicionales abonos de transporte para un número indeterminado de viajes en tren, la cuantía será el producto de multiplicar 0,03 euros (5 pesetas) por el número de días de validez del título, es decir, de casi un euro más al mes.

Este importe se rebajará hasta los 0,015 euros (2 pesetas) para el período comprendido entre el 1 de abril y el 31 de diciembre de este año.

Además, en aquellos contratos e transporte para realizar un número indeterminado de viajes en dos o más medios, la cuantía de la tasa será el producto de multiplicar 0,20 euros (33 pesetas) por el número de meses o fracción de mes de validez del título. Esta se rebajará a 0,10 euros (17 pesetas) entre el 1 de abril y el 31 de diciembre.

SEGURIDAD

Esta tasa será gestionada y recaudada por el ente público Renfe y lo recaudado por este impuesto se ingresará en esta compañía pública con destino a reforzar la seguridad. La subida de recios se justifica en la mejora de la seguridad acometida por la compañía tras los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos.

La nueva tasa supondrá un coste adicional para los viajeros de más de 6 millones de euros anuales (más de 1.000 millones de pesetas), calculados aplicando el coste del incremento sobre los viajes y viajeros registrados por Renfe en el último año.